Solitario, comprometido y apasionado por la danza. Lo que empezó como una búsqueda por reencontrarse con sus raices irlandesas, con el tiempo se convirtió en algo más que una afición. Se trata de Alejandro Mahon, un irish dancer mitad irlandés, mitad italiano, del todo argentino y viajero hasta los tuétanos. Este rosarino pelirrojo de 31 años, nos contará un poco de su experiencia en las danzas irlandesas.
Laura: ¿Cómo es la movida de las danzas irlandesas en tu país?
Alejandro: “La movida en Argentina creo que es muy grande (si bien no conozco en el resto de Latinoamérica), digo esto ya que se realizan muchos festivales y eventos en los cuales participan grupos de danzas irlandesas y estos cada vez son más numerosos y profesionales”.
Actualmente, Alejandro ensaya sólo y da clases a alumnos principiantes. Vivió 2 años en Dublín, donde aprendió de Kevin McCormack, un ADCRG ()que es famoso por estos días en Buenos Aires.
“Fernando también es una persona que me ayudó mucho a crecer técnicamente.
En un futuro cercano, probablemente comience a bailar con Augusto, pero eso todavía no está definido”.
Tanto Fernando Marcos como Augusto Canessa son los primeros bailarines de danza irlandesa de Argentina que obtuvieron acreditación por la An Comisiun Le Rinci Gaelacha, el organismo encargado de preservar la técnica adecuada y las buenas prácticas de las danzas irlandesas.
Laura: ¿Quién te enseña hoy?
Alejandro: “En la actualidad no me enseña nadie pero no porque no lo necesite, sino más bien porque no me he puesto de acuerdo con nadie”.
Laura: ¿Cómo fue que llegaste a enamorarte de las danzas irlandesas?
Alejandro: “Uy bué… mira, yo empecé ¡porque me obligaron! te lo juro. En 1998, fuimos a una fiesta por el día de San Patricio y actuó el grupo de baile de mi ciudad. La verdad lo vi y no me gustó mucho (no el grupo de danzas, si no la danza en sí) pero mi papá insistió durante un par de semanas con el argumento de que eran chicos y chicas de mi edad y en su mayoría descendientes de irlandeses como yo, que iba a ser bueno para hacer amigos y amigas, asi que le di el gusto y comencé a pensar que en un par de semanas iba a dejarlo…. fue algo que no puedo explicar… a las pocas semanas empezó a apoderarse de mí y así”.
En 2001, Alejandro se hizo cargo de un grupo y 5 años más tarde viajó un tiempo a Dublín para avanzar. Regresó a Irlanda en 2008, para continuar sus estudios con varios profesores, entre ellos, Kevin McCormack, quien fuera su principal mentor.
Laura: ¿Cuál es tu proyecto actual?
Alejandro: “Estoy enseñando a la colectividad irlandesa de la ciudad de Junín y Bahía Blanca (sólo voy 1 vez al año a esa ciudad) y estoy concretando para enseñar en otras localidades del interior de Argentina (Buenos Aires y Córdoba), en Rosario empezaría a partir de abril del 2013”.
El trabajo con las colectividades irlandesas en Argentina es una de sus prioridades. Actualmente, pertenece a la Asociación Católica San Patricio, en Rosario, su ciudad natal, una de las colectividades más importantes del país, con 110 años de existencia.
Pero su radio de acción no se limita a una sola actividad. En el pasado fue proyeccionista en un cine, encargado en un pub irlandés y organizador de eventos de cultura irlandesa tales como la fiesta de San Patricio. Con frecuencia ha bailado en escenarios argentinos con el ensamble de música tradicional irlandesa Anam Keltoi y en alguna ocasión con The Clovers. En una de las visitas del mundialmente famoso gaitero de origen gallego Carlos Núñez, Alejandro fue invitado a subir al escenario y debutar junto él.
Casos como el suyo, ilustran la particular historia de las danzas irlandesas en la nación argentina, alimentada en gran porcentaje por la pasión, en otro porcentaje por la herencia y por ese deseo interior de volver a las raíces europeas y mantener un sentido de comunidad en las Américas a través del arte.
Argentina es, junto con Brasil y México, una de las potencias de danza irlandesa más prometedoras en América Latina.
Ver video de Alejandro haciendo un solo
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